El punto que aparece como diseminado corresponde a la Sima pequeña, el otro a la Sima Grande.
Esta entrada es sobre la naturaleza desconocida de Aragón. Se trata de una pequeña ruta que une dos simas del pueblo de La Ginebrosa.
Para ir a ver estas dos cavidades hay que coger la A-1409, que une los pueblos de La Ginebrosa con Aguaviva.
SIMA GRANDE
Desde el primer pueblo hay que avanzar unos 6 kilómetros hacia Aguaviva, para en el momento que lleguemos al kilómetro 34, a la izquierda tomar la carretera antigua y seguir la flecha del poste de madera que nos lleva a la primera sima.
Se va por una pista de tierra que discurre entre campos de labor, 600 metros después se deja el coche en un ensanchamiento que hay a la izquierda; siguiendo la pista enseguida se llega a un campo de labranza; hay que cruzarlo recto para tomar la pista que poco a poco va ascendiendo. Se sube por una barranquera por lo que habrá que tener cuidado, enseguida se gira a la izquierda (100m.) para subir un poco más, esta vez ayudados por unas barandillas de madera. Entre pinos, carrascas y demás especies arbóreas surge de pronto la sima grande.
Sorprenden sus medidas: 22 metros de diámetro de su boca y 63 metros de profundidad. Todo su contorno está vallado con barandillas de madera para evitar caídas; en la parte inferior de la boca de la sima, junto al árbol que hay en su extremo, hay varios puntos de anclaje para poder descender a su interior.
Aparte de descubrir esta cavidad, también se puede disfrutar del bonito paisaje que desde aquí se observa.
SIMA PEQUEÑA
Para ir a la otra sima hay que deshacer lo andado, y salir de nuevo a la carretera girando a la izquierda. A unos 500 metros a la derecha saldrá una pista asfaltada con una señal que marca ermita de Santísima María Magdalena. Al acabar el asfalto girar a la derecha y seguir la pista aproximadamente dos kilómetros; durante el trayecto pasaremos por un caserío, que pertenece a un barrio de La Ginebrosa. Transcurridos esos casi dos kilómetros saldrá a la derecha otra pista que subirá ligeramente, para girar a la derecha cuando se llegue al vertedero y seguir la pista que sube. Cuando a nuestra izquierda veamos unos árboles habremos llegado a nuestro destino.
Es una sima bastante más pequeña que la otra; antiguamente la gente la usaba como escombrera, parece que a día de hoy ha sido restaurada y limpiada. No se puede apreciar muy bien su forma porque la vegetación impide su visión.
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